El Comandante en Jefe del Ejército general Claudio Feola debe ser llamado a responsabilidad por participar en misa en carácter oficial.
Montevideo, 23 de mayo de 2019
A la ciudadanía:
El 18 de mayo se celebró en la catedral de Montevideo una misa conmemorativa del 208º aniversario de del Ejército Nacional, dirigida por el arzobispo de Montevideo, cardenal Daniel Sturla, siendo co-partícipe de los oficios religiosos el sacerdote y militar retirado Genaro Lusararián, denominado ilegalmente como “capellán”.
En la ceremonia religiosa conmemorativa aludida, participaron con sus uniformes de gala las más altas jerarquías del Ejército: el Comandante en Jefe, general Claudio Feola, los comandantes de las Regiones 1, 2 y 4, generales Carlos E. Sequeira, Gerardo D. Fregossi y Gustavo N. Fajardo, así como otros oficiales en actividad, y el ex Comandante en Jefe general en reciente situación de retiro Guido Manini Ríos, protagonista de la violación a la laicidad del Estado desde la misa del 18 de mayo de 2016, contraviniendo la Constitución de la República, que en su art. 5º señala que “el Estado no sostiene religión alguna”, y otras normas vigentes. En aquella oportunidad la flagrante violación a la laicidad y a la Constitución de la República por parte del ex Comandante en Jefe Guido Manini Ríos, llegó hasta el insólito límite de hacer uso de la palabra como parte de la ceremonia religiosa, entregar un obsequio al cardenal Daniel Sturla, y a “agradecer en nombre del Ejército Nacional”, configurando toda la situación una causal de destitución. Con el paso del tiempo, el general aludido continuó protagonizando actos violatorios de la laicidad del Estado y otras graves faltas. Al respecto, desde la AULP (Asociación Uruguaya de Libre Pensadores) y varias asociaciones defensoras de la laicidad solicitamos la destitución del jerarca militar y el llamado a responsabilidad del entonces ministro de Defensa Nacional Eleuterio Fernández Huidobro.
Asimismo, como dato probatorio de que la misa fue asumida por el actual Comandante en Jefe Claudio Feola y otros altos mandos como un acto oficial, debe señalarse la participación de delegaciones militares de países vecinos, entre ellos, el Jefe del Estado Mayor del Ejército argentino, el general Claudio Ernesto Pasqualini.
El 18 de mayo –día feriado a nivel nacional- que conmemora la batalla de Las Piedras, es también el día del Ejército Nacional. Por ese motivo, la participación de los altos mandos militares en las actividades conmemorativas de esos hechos y que tengan esas connotaciones, revisten carácter oficial y no deben ser tomados como una concurrencia individual. Al respecto, la ley Ley Nº 3.768, de 22 de mayo de 1911 (en vigencia), señala expresamente y de forma clara en su artículo 2: “El Ejército no concurrirá a ceremonia religiosa alguna.”
Por su parte, el art. 3º concierne a la supresión del cargo de sacerdote militar: “Quedan suprimidos los cargos de capellanes del ejército”. La redacción de la ley también es clara sobre este particular. Por lo tanto, la denominación de “capellán” de la capilla del Hospital de las Fuerzas Armadas, del sacerdote y militar retirado Genaro Lusararián, no se corresponde con las normas vigentes de las instituciones republicanas y laicas. En este sentido también está fuera de la normativa la reconstrucción de la capilla del Hospital de la Fuerzas Armadas; solo deben preservarse las capillas en instalaciones estatales previas a la entrada en vigencia de la Constitución de 1918, según lo establece el art. 5º. Asimismo, también contraviene la normativa y vulnera el Estado Laico, la creación del “Departamento de Asuntos Religiosos” dependiente del Director de Sanidad Militar, de acuerdo a un decreto de 2016.
El cuerpo doctrinario de la agresión a la laicidad del Estado en la misa del pasado 18 de mayo estuvo a cargo, fundamentalmente, del cardenal Daniel Sturla. En la parte oratoria de la ceremonia, según señala la página web oficial de la Iglesia Católica de Montevideo, el arzobispo expresó respecto a su deidad: “[…] lo necesitamos como personas individuales pero también lo necesitan nuestras familias y comunidades, nuestras instituciones, el Uruguay entero”. Agregó luego, “esta comunidad espiritual que formamos, la patria, tiene un cuerpo, pero también tiene un alma que estamos llamados a cuidar”, identificando de esa forma a toda la sociedad uruguaya con la iglesia que preside y arrogándose la representación de la espiritualidad –una suerte de poder superior o supremo al institucional y obviamente al de la ciudadanía que es la depositaria de la soberanía-, olvidando que Uruguay tiene instituciones democrático – republicanas y laicas y no necesita ni admite ningún tipo de tutelas. En esa misma tonalidad invasiva y colonizadora, que no admite que Uruguay es un Estado Laico, el proclamado “capellán” Genaro Lusararián afirmó que “la vocación de Uruguay es la de un país de cara a Dios” (https://icm.org.uy/card-daniel-sturla-la-patria-alma-estamos-llamados-cuidar/)
En virtud de lo señalado, la AULP (Asociación Uruguaya de Libre Pensadores), integrante de la AILP (Asociación Internacional del Libre Pensamiento) expresa:
- Denunciar la flagrante violación a la Laicidad del Estado, consagrada el art. 5º de la Constitución de la República en términos generales y en particular, en la ley Nº 3.768, de 22 de mayo de 1911, cuyo artículo 2° dice: “El Ejército no concurrirá a ceremonia religiosa alguna”, por parte del Comandante en Jefe del Ejército general Claudio Feola y otros altos mandos militares, al participar en carácter oficial de una ceremonia religiosa. En tales circunstancias, conviene recordar las palabras de José Artigas en la “Oración Inaugural” en el Congreso de Tres Cruces de abril de 1813: “Es muy veleidosa la probidad de los hombres, solo el freno de la Constitución puede afirmarla.”
- Exigir el llamado a responsabilidad al Comandante en Jefe del Ejército Claudio Feola y analizar su eventual remoción. Simultáneamente, el ministro de Defensa Nacional José Bayardi también debe rendir explicaciones ante esta vulneración de la institucionalidad laica.
- Ante el estruendoso silencio del sistema político en general y del Parlamento Nacional en particular, exigir que los representantes políticos asuman la responsabilidad en la defensa de las instituciones republicanas y laicas.
- Derogar el decreto que dispuso la creación del “Departamento de Asuntos Religiosos”, dependiente del Director de Sanidad Militar. El Estado uruguayo que es laico, no tiene entre sus competencias “la asistencia espiritual de los usuarios”, ni “coordinar y regular las actividades religiosas”, tal como lo dispone la norma mencionada.
- Trasladar los enseres y todo lo que corresponda a las instalaciones de la capilla del Hospital de las Fuerzas Armadas al lugar que las autoridades de la Iglesia Católica de Montevideo crean conveniente, y destinar ese espacio a los fines que la Dirección de Sanidad disponga, de acuerdo a los criterios terapéuticos que correspondan.
- Advertir a la ciudadanía y a las autoridades de las instituciones públicas de la estrategia invasiva y colonizadora de la Iglesia Católica, y su intención de arrogarse la “representación” de la espiritualidad en el Uruguay, subordinando por vía de los hechos a las otras concepciones religiosas y a las personas que no profesan o no adhieren a religión alguna.
- La necesidad de fortalecer a las instituciones laicas, tanto en el plano normativo como en la difusión de los principios y valores que las sustentan, porque ellas son la garantía del pleno goce y ejercicio de los derechos y obligaciones de toda la ciudadanía, sin que un sector de la sociedad imponga sus convicciones y establezca condiciones de dominación, instaurando en los hechos situaciones de privilegio y de segregación, y en consecuencia una ciudadanía categoría A y otra de categoría B, recreándose un escenario de triste memoria en nuestra historia reciente, cuyas heridas siguen lamentablemente abiertas.
- Llamar a la ciudadanía a involucrarse y comprometerse en la defensa de las instituciones republicanas y laicas, pues es en ella reside la soberanía y en el ejercicio de sus derechos, el control hacia los representantes públicos y la posibilidad de construir caminos de concordia.
AULP (Asociación Uruguaya de Librepensadores);AILP (Asociación Internacional de Libre Pensamiento)